viernes, 28 de junio de 2013

La continuidad de una Generación de Oro

En el último año y más aun en los últimos meses se ha inciado un debate (precioso) acerca de la continuidad de éxitos en el baloncesto español una vez se retiren los Gasol, Navarro y compañía. Para más "inri" la cuestión en sí se incrementa con la posibilidad de que algunas de nuestras estrellas opten por no ir al Europeo de este verano bien por cuestiones quirúrjicas, o bien por cuestión de sobrecarga de partidos en sus respectivas ligas que hacen que se replanteen si su presencia en esta competición que les exegirá el más alto nivel de compromiso, repercutirá en su juego (o en su físico) durante la próxima campaña. Nace así un apartado importante en este debate en el que se hacen dos preguntas claras sobre este tema:
 
1. ¿Se puede decir "NO" al Equipo Nacional estando en perfectas condiciones para jugar?
2. En caso de que así sea, ¿implicaría una falta de compromiso para/por el equipo y tu país?
 
En el primer caso, creo que es un orgullo que la Selección cuente contigo para representar a tu país en las diferentes competiciones internacionales, y en tal caso, es una responsabilidad que desde el momento en que te confirman que cuentan contigo has de asumir y defender. Teniendo en cuentas todas las posibilidades que puede barajar cada jugador, podría llegar a entenderse que en algún momento, el jugador se sienta tan desbordado de partidos, de entrenamientos y del propio baloncesto que necesite un tiempo muerto en su carrera deportiva. ¿A quién no le ha pasado esto, cuando llevamos un año muy duro de competición?. Atendiendo a este aspecto y respondiendo a la vez a la segunda pregunta, creo que en ningún momento se puede poner en duda el nivel de compromiso y dedicación de cada uno de los jugadores de nuestra Selección, que llegan a dar el máximo de sus capacidades aunque las piernas y el físico no den para más.
 
 
Dicho esto, y centrándome más en el primer párrafo de mi post, creo que es precisamente todo ese compromiso del que hemos estado hablando, ese amor por este deporte, esa admiración que se siente hacia ellos, lo que ha conformado un sentimiento de orgullo en las generaciones venideras que hace que no debamos tener miedo a los que tengan que coger el relevo a esta Generación de Oro. Lo sabemos, somos totalmente conscientes de la dificultad de alcanzar todos los éxitos que estos chicos han alcanzado en la última década, pero las nuevas estrellas, esas que todavía no han dado ese salto de responsabilidad, lo seguirán haciendo cuando llegue su hora. No tengo ninguna duda.
 
Para mí no es el final de una generación, es la continuidad a una ideología.
 
Hasta el próximo post.



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